Es normal que podamos sentir enojo, tristeza o frustración cuando algo no nos resulta (es algo que nos ocurre en todas las edades).
Sin embargo, en específico, los niños y niñas se enfrentan con mucha frecuencia a estas sensaciones porque:
• Aún están aprendiendo a usar los objetos a su alrededor.
• Dependen de sus cuidadores y cuidadoras para la mayoría de las cosas de su día a día.
• Quieren hacer algo y no pueden o no los dejamos hacerlo.
Ante esto, los niños y niñas no tienen las mismas herramientas que los adultos y adultas para comunicar lo que sienten, necesitan y piensan. Las rabietas son una forma de comunicación, y por lo tanto, debemos intentar ponernos en el lugar de la niña o niño, trata de comprender su reacción y ayudarle entender lo que le pasa, para que así vaya aprendiendo otras maneras de expresarse.